Por eso el ojo del cazador es inamovible, no puede ser comprado ni alquilado, ni prestado por ninguna razón. Todos nacemos con un ojo de cazador, pero aqui está la gran cuestión, no todos podemos cazar a nuestra presa, no todos somos cazadores, no todos nacemos con nuestra habilidad de cazar. No por conocer las reglas ya tendremos que pensar que estamos arriba del caballo. No , decididamente no. El cazador se forma desde abajo, con modestia, tratando de dejar sus propios orgullos de lado, no pensando que sólo con estirar la cuerda conseguirá su presa. Hay que aprender a estirar la cuerda, hay que saber que terreno pisar y como pisarlo. Recuerdo un viejo provervio chino que dice: „aquel que se mueve entre el cielo y la tierra entrara por el gran portal, el portal de la sabiduria“. ====> Sigue
jueves, 28 de mayo de 2009
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