sábado, 12 de septiembre de 2009

El caminador

El caminador

Raul sabía que tenía que esperar para poder juntar un atado de cigarrillos cada vez que salía de gira, como le decía él a la tarea de juntar puchos por la calle. Hacia mucho que vivia en esas tiendas que tienen espacios para tirar una manta y poder dormir tranquilamente. Antes de encontrar un lugar asi, caminaba mucho, no habia otra forma de encontrar un lugar decente. Porque si hay muchos tipos , te piden lo que juntas, que si tenes mas puchos, que si no encontraste algo para atar los bolsos. Porque en este oficio como decía Raul, hay que mudarse mucho, uno se vive mudando hasta que la vejez te alcanza y despues ya no podes dar mas ningún tranco mas, es esperar la muerte y que te abrace, te toma de los pies, despues te sube por las piernas y cuando ya el pecho se te paraliza te toma el aliento, lo demas es facil, en un segundo ya no estas mas y sos cadaver. A veces te toca estar debajo de alguna escalera y si es verano las moscas avisan, pero si es invierno, solo el tufo te delata. Pero ahora no es época de recordar la parca, hay que pedalear el tiempo, caminar sin vino adentro y mirando la calle sin perderle el paso. Los recovecos son importantes, adonde menos uno lo imagina salta la liebre, como decia el raton Figueroa. Ese si sabia hacerla, no dormia nunca, caminaba y caminaba y no paraba de hablar, habia que dejarlo porque sino se enojaba , se ponia cabrero y el orgullo le saltaba a la boca y no paraba de hablar.Un dia nos conto que hacia perfume con la bosta de los caballos del potrero y despues se la regalaba a cualquier amiga de turno, la que le tocara esa noche en cualquier esquina de la ciudad. El ratón Figueroa era muy rapido, no solo en hablar apresuradamente sino en las salidas que tenia para ser un lider en lo que fuera. Raul, hacia mucho que no lo veia, no lo tragaba, por esa forma de contar que tenía, siempre habia que dejarlo en todo, hasta para que dijiera pavadas o inventos. El sabia secar la bosta cuando aún estaba fresca y retiraba los aromas, esos dulces, cuando esta recien echa, nadie se lo creia hasta que un dia llego con un frasco perfumado de caballo y flores silvestres. Ese dia llego con ese caminar rápido, cojeándole la pierna izquierda y contándonos su maravilloso invento. Raul era otra cosa, habia caído en desgracia, era un tipo muy ordenado, ordenaba las bolsas por color y las colillas las ponia en el suelo apilandolas por tamaño. Las bromas no las entendia y estaba cansado de todo, hasta de las risas ajenas.

Raul hacia dos años que habia dejado la pension, ya no había podido encontrar ninguna changa y ya todo se le fue haciendo cuesta arriba, hasta el mirar de los otros se le caia encima como una capa negra y a veces ese mirar de los otros se habia convertido en un suplicio para él. Por eso era un buscador obsecivo, miraba en los cordones de las calles como si pudiera encontrar alguna estampita que lo pudiera redimir de ese tormento, el de estar sin nada en la calle con el viento o la lluvia pegada a su cara.Ya habia conocido la soledad, es bien jodida decia, a veces te dan mareos y al principio la cabeza parece desordenada y caótica pero enseguida todo vuelve a la normalidad. Siempre nos contaba, la soledad es un tubo muy largo que no tiene fin, es un tubo blanco, impecable sin manchas y sin fin.
Esa noche Carlini llego con cuatrocientos cartones subidos a su lomo, parecia un burro de carga.
Carlini era un silvador nato, no hacia otra cosa que silvar, por eso le decian el ruiseñor, se pasaba todo el tiempo silvando estuviera triste o contento, para mi era un tic nervioso que tenía, no podía contener la angustia de otro modo. Siempre estaba pegado a su camiseta de boca, la del diez, no podia ser de otro modo. Diego y la diez. El dia que casi se muere, todos llorando al diez, él se paso todo la noche frente a la Clinica, silvándo por supuesto.Por momentos con un silvido agudo y otras veces cuándo la ansiedad le subía era grave casi como de tambor. Esa noche silvo la marcha peronista, se la dedico al Diego aunque éste fuera amigo de Fidel.
Un dia, no sabemos porque se enamoro de una vieja que cartoneaba en el bajo y otros dicen que despues se largo a Corrientes, donde todavia tenia unos amigos por alli. La cosa que de Carlini no supimos mas, se lo había tragado la tierra.

Siempre nos juntabamos por el bajo, no se porque, pero siempre uno alla lugares donde esconderse por alli. Hoy ya no es asi, la violencia es un inmenso ventilador triturando patas y cabezas por donde se lo halle. Las balas suenan de un lado al otro en esta ciudad atravezada de mordiscos y pesadillas. Los niños pobres molestan y nosotros damos olor. Hay pocas alternativas. La muerte por un capricho de un dia se levanta delante nuestro como un fantasma que nos persige y a veces se da el gusto de cazarnos. A Raul le gustaba dormir en lugares que no hubiera luz, ni muchos ruidos.Todo le molestaba, hasta las moscas rodeándolo en circulos infernales, hasta que el sueño se lo comía y ya no protestaba. En cambio al ratón Figueroa le gustaba esas tiendas llenas de luz, donde los brillos se reflejabán como calecitas de luces y todo parecía cobrar vida. Los dos se hablabán a pesar que Raul le huía al ratón, pero éste se las ingeniaba para verlo, para contarle nuevamente sus nuevos inventos, aunque no fueran ciertos. El viernes pasado el cielo amanecio gris, todo gris, sin un pedazo para respirar. Con ese clima el ratón habia caminado toda la noche buscándo a Raul que había tenido un problema con la policia que lo demoro llenandolo de preguntas incogruentes,el ratón los miraba sin decir nada hasta que uno de ellos se canso de verle esa cara vaciada de vida que habia puesto el ratón cuando lo detuvieron y casi le pega un tiro.Luego lo soltaron y se fue de allí. Siguio por Entre Rios, llego a Corrientes y ahi en un edificio en demolición, al fondo vio a Raul que parecia muerto, pero asi dormia él, con la respiracion entrecortada y sin moverse. Hecho un círculo.Como un animalito solitario.

Che Raul hice un viaje muy largo en una locomotora verde,tambien echaba humo verde – le dijo el ratón

bueno tenes que despertarte che, esto no es un invento- volvío a decirle

Raul sintio la presencia del ratón casi encima de su boca y sus palabras le corrian como hormigas descontroladas.

-No ,no puedo ahora, me pesa el cuerpo- dijo Raul

Viaje dos dias seguidos viendo verde y mas verde,el verde tapaba tambien el cielo y los monos se trepaban en lo alto.- dijo el ratón Figueroa

No paraba de hablarle en su oreja desprotegida. Por fín logro inclinarse y aspirar una colilla. El humo se levantaba despacio hacia arriba.

Si me imagino, y tambien me imagino que me habras traído algo de regalo- dijo Raul

Si, si te traje un loro cacatúa para que te acompañe y ademas........- dijo el ratón

A Raul no le quedo otra cosa que rajarse , después que el ratón le desayuno todo los sueños vividos. Otra vez mudarse,otra vez buscar nuevos lugares, mientras caminaba quizás por el cansancio soñó despierto, acordándose de sus viajes a Trelew. cuando el viento le arrancaba los pasos y tenía que poner esa cara de idiota para ganarse unos pesos. Claro en esa época se comia unos buenos churrascos que no compartía con nadie. A Rosa la conoció asi, en un viaje en colectivo por el sur del país, le vio sus manos y luego bajo a sus piernas fuertes y carnosas que al instante savoreó con sus ojos. En esos tiempos era muy conversador y más aun cuándo se le subía un poquito el tinto a la cabeza, ya no podia parar, no como ahora que apenas hablaba o gesticulaba con señas como si el habla se le hubíese ido. El continuo caminar buscando estampitas perdidas le habia cegado el habla y ademas sufría esos ataques de soledad que lo mareaban siempre. Rosa era muy despierta, trabajaba de maestra, a Raul lo habia tocado siempre esa foto donde aparecia con todos los pibes de segundo grado, parecia una madre con todos ellos. Luego se casaron y las circunstancias los devoró. Aunque quisieron levantar cabeza ya no pudieron, están tan caras las cosas. Todo se fue para arriba, Hasta llegaron politicos como ese patilludo, no nos gustaba ese tonito de pobrecito que ponía al principio y despues queria estar en todos lados como un locutor de televisión. Hacerse ver por todos, parecía más un modelo que un politico.Pero eso no fue nada o casi nada, despues la realidad se corrio de lugar y tuvieron pesadillas todos los dias. Asi Raul, termino divorciado en una pensión muy chiquita con un armario que apenas le entraba en el cuarto, que más que armario parecía que tenía un elefante en la pieza y una cama que parecia de prostibulo, a cada movimiento un chirrido. Luego la gorda de la pensión lo corria todos los dias para pedirle el alquiler hasta que ya no pudo esconderse mas y se largo con ese bolso azul con una mancha en la esquina que tenía como nuevo. De alli a lo último paso un instante, de peor a mas peor se pasa muy rápido, uno apenas se da cuenta y ya se está ahogando con la marea que le pega a uno en la boca. Mis pensamientos pasan por mi cabeza y mis barrotes gruesos sostienen mis brazos y ayudan a componer mejor las imágenes que veo a través de ellos. Hace ya mucho tiempo que no camino mas, como ellos que todavia se los ve casi siempre en distintos partes de la ciudad con mucho cartón encima. Presumo que eso es lo que no les gusta a las señoras que salen con las cacerolas cuando les aumentan en las peluquerias. Estamos hartos de esas fieras que andan sueltas y no saben otra cosa que mover el culo, como dicen ellas con un culo grande se consige todo, a veces le saltamos encima, nos llaman violadores, perversos y no se cuanta cosa mas. Pero si ellos apenas nacen, mueven el culo, despues lloran que son victimas en lo de Franchelli, el schow para toda la familia.

Hay algo en el ambiente que no se aclara, parece que llegamos al final, aunque no estoy todavia muy convencido. Cuando me trajo la cana primero los muchachos me bautizaron, me palmearon por atras y luego conoci al Tordo como se le conoce aqui. El tordo es santafecino,me prometio buena yerba y siempre cumple,cuándo nesecito esta ahi para entregarme la porcion.Tordo sabe todos los vericuetos que se esconden aqui. Este lugar cuando se vacía de gente y los pabellones quedan solos, cuesta respirar, los techos suben solos y a uno le cuesta creer que sigue abajo, pegado al piso. Solo y con la carcel puesta como único testigo.

Hamburgo, Agosto del 2009
Ricardo Hirschfeldt

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